Ministerios de la Iglesia de Dios

“1 Pedro 2:5 – En Sus manos, somos moldeados”

En Español

Acabamos de regresar de una visita muy alentadora al este de Texas, donde tuvimos el privilegio de estar en el sábado con la Iglesia de Dios Internacional en Tyler, Texas, así como con la Iglesia de Dios en Big Sandy, Texas y con muchos otros hermanos y amigos. Lo que me llamó la atención fue que cuando hablábamos, teníamos compañerismo y compartíamos nuestra fe común y recordábamos con cariño nuestra historia en las últimas décadas. ¡Veíamos también lo que nos depararía el futuro!

Varios comentarios sinceros se me hicieron eco: “Es tan bueno verlos a ustedes de vuelta aquí, ha pasado ya bastante tiempo . . .” Y, de hecho, han pasado casi 45 años para algunos de nosotros. Se compartieron muy buenos recuerdos. No pude evitar pensar en la próxima temporada de fiestas de otoñales que se avecinan, y especialmente el día de las trompetas en este lunes próximo.

La cuarta fiesta de Dios, después de Pentecostés, es la Fiesta de las Trompetas o sea “una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación”. (Levítico 23:24-25), que se celebra este año el 30 de septiembre. Los judíos llaman este día “Rosh Hashaná”. Nuestros antepasados, el antiguo Israel, entendieron que las trompetas se usaban como una forma de anunciar mensajes especiales e importantes (Números 10:1-10).

En el Nuevo Testamento, Jesucristo revela que antes de su regreso a la tierra, se tocarán siete trompetas, anunciando etapas progresivas del declive y el reemplazo de los reinos de este mundo, culminando con el regreso del Señor para tomar posesión de los reinos de esta tierra.

El regreso de Cristo se anuncia por la séptima y última trompeta (Apocalipsis 8:2; Apocalipsis 11:15). Este día también representa el momento en que los cristianos fieles serán resucitados a la vida eterna en el momento de la séptima trompeta (1 Corintios 15:52; 1 Tesalonicenses 4:16) para reinar con Jesucristo por 1,000 años (Apocalipsis 20:4-6)

Esta temporada de fiestas otoñales también representa el momento en que Jesucristo volverá a la tierra nuevamente para reinar en gloria.

También me vino a la mente al compartir nuestros mutuos pensamientos y visión del futuro durante las horas que pasé en Texas fue el hecho de que aquellos que se han mantenido fieles serán resucitados y servirán junto con nuestro Rey y Señor. Con el pasar de los años sabemos y nos apenamos por muchos que hayan muerto, que una vez vivieran y que hubieran sido parte del Cuerpo de Cristo. Solemos decir que mucha agua ha pasado debajo del puente.

En lo que también hemos reflexionado es en cuántos, con los cuales compartimos una vez una fe y una creencia en común, se han ido a seguir otros caminos, y no tenemos más lo que habíamos tenido una vez en el pasado. Lamentablemente, demasiados se han distraído de lo que ofrece el Salmo 133:1-3. ¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía!

Espero con ansias el día en que todas las naciones tengan la oportunidad de buscar al Señor y estar juntos una vez más. Este mundo tal como lo conocemos cambiará. La verdadera paz será introducida y la unidad de la fe será una vez una realidad. El Día de la Expiación, la Fiesta de los Tabernáculos y el Octavo Día, que se celebrará y se observará en las próximas semanas, nos ayudan a comprender aún más profundamente lo que realmente debe suceder para que la verdadera paz, unidad y armonía sean una realidad.

¡Cristo regresará! Es una promesa. El plan del Padre y el Hijo se cumplirá en su totalidad. Será un futuro glorioso que debemos anticipar. ¡Ojalá Dios acelere ese día! Dios nos da en Su sábado, tiempo y horas extras para analizar las promesas de Dios . . . Al cerrar esta carta, como hago todos los viernes por la noche . . . cuando entramos en el sábado santo del Señor . . . les pido que me acompañen al reflexionar juntos sobre el tema de los días santos que se aproximan y de la transformación que nos aguarda. Nuevamente, le pido a Dios que continúe bendiciéndoles abundantemente.

Nuevamente, deseo que Dios continúe bendiciéndoles abundantemente. ¡Nuestras oraciones y pensamientos están con ustedes diariamente!  Nos despedimos pidiéndoles que por favor, oren también ustedes por nosotros.

 

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-Scott Hoefker

(Pastor, Ministerios de la Iglesia de Dios)