Ministerios de la Iglesia de Dios

“1 Pedro 2:5 – En Sus manos, somos moldeados”

En Español

Saludos cálidos a todos ustedes, queridos hermanos, compañeros de trabajo y familia espiritual en la costa del Golfo de México y a los hijos de Dios dispersos desde nuestras oficinas aquí en Spanish Fort en Alabama.

Confío y espero que este mensaje los encuentre bien a todos, y que nuevamente su semana haya sido bendecida. Como muchos están confinados en sus hogares y no pueden trabajar, oramos para que estén usando este tiempo sabiamente, especialmente cuando nos acercamos a la Pascua, la noche de guardar y los días de los Panes sin levadura.

En cuatro días volveremos a comenzar otro ciclo anual de guardar las fiestas, o citas, del Señor. Este comienzo es bastante intensivo con tres celebraciones especiales. Una gran parte de la comunidad judía interpreta incorrectamente el momento preciso de estas celebraciones. Combinan varios de ellos en una noche y dictaminan el evento como “Pascua” y luego observan su cena de Pascua, o Seder, en la noche del 15 del mes Abib.

Gran parte de la comunidad cristiana observa un “Viernes Santo” y luego la tradición del domingo de Pascua que es incompatible y contradictoria con lo que las Escrituras enseñan, e incorporan tradiciones que tienen un origen no bíblico.

Cada una de las tres celebraciones bíblicas tiene un significado e importancia individual. Echemos un vistazo más de cerca y hagamos una revisión, ya que anticipamos observar estos próximos festivales. Comencemos con la Pascua. Hay siete referencias bíblicas que vinculan la celebración del día de la Pascua con el decimocuarto día del primer mes Abib, (más tarde llamado Nisán). Aquí hay una:

“En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es del Señor.” (Levítico 23:5).

Noten que se le llama la Pascua del Señor, no la “Pascua Cristiana”, o la “Pascua florida”, como algunos la denominan. La mayoría dirá, “oh, qué importa”, pero en realidad sí importa. Cuando nos referimos a ella como la Pascua cristiana, la mayoría del mundo simplemente dirá “¡Oh, te refieres a la Pascua Florida, por supuesto!”

La frase hebrea beyn ha arbayim se traduce “entre las dos tardes,” o crepúsculo, en Levítico 23:5 arriba. Cuando analizamos el uso del término en Éxodo 16, podemos concluir que este es un período de tiempo entre la puesta del sol y la oscuridad de la noche. Es aproximadamente un poco más de una hora en esta época del año. Veamos las instrucciones originales sobre este festival.

Éxodo 12 registra las instrucciones dadas a Moisés para que las transmitiera a todos los israelitas. En Éxodo 12:1-5 encontramos las instrucciones para que los jefes de familia seleccionen un cordero, macho de un año, sin defecto, o mancha, el décimo día del primer mes. Deberían conservarlo hasta el decimocuarto día del mismo mes. Luego, todos los corderos deberían ser sacrificados entre las dos tardes, o atardecer en el crepúsculo. (Éxodo 12:6). Esto implica mantener el cordero hasta el comienzo del día decimocuarto. La palabra atardecer, o crepúsculo, (RVA89) se traduce nuevamente de la frase hebrea beyn ha arbayim, literalmente “entre las dos tardes” (RVR60). El crepúsculo comienza al atardecer y, por lo tanto, debe asociarse con el comienzo del decimocuarto día y no con el final del día anterior.

La sangre del cordero muerto debería ser recolectada y luego salpicada con una rama, o manojo, de hisopo en el marco de la puerta de cada casa de los israelitas. (Éxodo 12:7, 22). Los israelitas tenían que entrar en sus hogares, asar el cordero y luego comerlo con panes sin levadura y con un guiso de hierbas amargas “esa (misma) noche”. (Éxodo 12:7-8). “Esa noche” tiene que referirse al decimocuarto día del mes presentado en Éxodo 12:6. Lo que quedara hasta la mañana debería ser quemado en el fuego. (Éxodo 12:10). Se les indicó que permanecieran en sus hogares toda esa noche. “. . . y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana”. (Éxodo 12:22). La palabra hebrea traducida “mañana” es boqer y se refiere a “fin de la noche, la llegada del amanecer, la llegada del día”. (Léxico Hebreo de la Biblia en Línea).

¡Esa noche de Abib 14 tuvo lugar un evento muy poderoso e increíble! El Señor “pasó” por la tierra de Egipto en la noche del 14 de Abib y alrededor de la medianoche Él ordenó al destructor que matara al primogénito del hombre y la bestia de cuyas casas no estaban marcadas con la sangre del cordero inmolado. (Éxodo 12:12, 29) El ángel de la muerte pasó por encima de las casas israelitas que estaban marcadas con la sangre del cordero muerto de la Pascua. (Éxodo 12:13, 23, 27, 29). Esta fue una prueba muy real de fe y obediencia para los israelitas. ¡Fue una prueba en que parece que todos la pasaron! Cuando los israelitas salieron de sus hogares al amanecer, se prepararon para cumplir otro evento que se conmemoraría en el futuro.

Juan el Bautista reconoció que Jesús vino a cumplir con esta antigua ceremonia que acabamos de ver cuando exclamó: “¡He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!” (Juan 1:29).

El apóstol Pablo también reconoció el cumplimiento de la antigua ceremonia de la Pascua. “. . . porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.” (1 Corintios 5:7). Jesús se sacrificó, derramó Su sangre para cubrir y limpiar nuestros pecados y morir en lugar nuestro. El apóstol Pedro también comenta sobre esto: “Tened presente que habéis sido rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual heredasteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.” (1 Pedro 1:18-19).

Amigos, todos hemos pecado y nos hemos ganado la pena de muerte. (Romanos 3:23; 6:23). Nuestro Padre misericordioso en el cielo ha pasado por alto nuestros pecados debido a la fe en el sacrificio de Su Hijo y nuestro arrepentimiento y compromiso de apartarnos del pecado y la desobediencia. “. . . por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, . . .” (Romanos 3:23-25).  Esta antigua ceremonia de la Pascua se centraba en la muerte de los corderos y en poner fe en la sangre derramada del cordero que se usó para señalar los marcos de las puertas de las casas de los israelitas para protegerlos del ángel de la muerte que mataría a los primogénitos. El cordero fue asado durante varias horas y luego consumido por los que se reunieron esa noche del 14 de Abib.

Usted y yo también ponemos nuestra confianza y fe en la sangre derramada del verdadero Cordero de Dios, Jesús de Nazaret, quien dejó el reino de Dios para convertirse en un ser humano, sujeto a la tentación pero resistiendo perfectamente el pecado, y cumpliendo el simbolismo del antiguo cordero sin defecto, ni mancha, de la Pascua. También reflexionemos y recordemos la angustia y la tensión emocional que sufrió, así como la horrible agonía que sufrió en un lugar que se llamaba Getsemaní, al anticipar los eventos que conducirían a su muerte.

A medida que pasamos estos próximos días, examinando nuestros corazones, nuestras mentes individuales y nuestra relación con nuestro Salvador, espero que también podamos tener una comprensión más profunda de lo que ocurrió en esa Pascua en Éxodo 12, que nos recuerda el perdón con el que hemos sido bendecidos y por qué debemos continuar confiando en Él, seguirlo y dejarlo vivir en nosotros.

¡Que tengan una celebración de Pascua llena de fe e impresionante! ¡Filipenses 2:5 debe continuar siendo nuestro enfoque, y a pesar de todo lo que vemos en este mundo en este momento, no debemos apartar nuestra mente o pensamientos de Dios y su plan y promesas!

¡Amigos, levantemos los brazos! Nuestras oraciones y pensamientos están con todos ustedes diariamente. Por favor, les pido que oren por nosotros también.

 

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-Scott Hoefker

(Pastor, Ministerios de la Iglesia de Dios)