Bien, ya hemos regresado a casa de la Fiesta de los Tabernáculos y el octavo día, y estoy viendo muchos comentarios en las redes sociales sobre un “Desinflado posterior a la fiesta”. Estoy confundido por esta declaración. ¿Por qué? Porque como hijos de Dios vivimos esta forma de vida, todos los días, 24 horas al día 7 días a la semana.

Recientemente hemos tenido un verdadero impulso espiritual al tener ocho días para estar juntos adorando a Dios, este impulso debería ser un trampolín, no un tobogán que termina en la parte de abajo, ¿verdad?

Al comenzar este sábado semanal, podríamos considerar y reflexionar sobre Gálatas 6:7 “. . .  todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”. Más temprano hoy, cuando terminé mi sermón matutino, reflexioné sobre algunos pensamientos que leí una vez de Madame Chiang Kai-Shek.

Si vuestro pasado y el mío en esta vida física nos enseñan algo es que: cada causa tiene un efecto, cada acción una consecuencia. La forma en que vivimos y pensamos produce un resultado. Este fundamento moral del universo se aplicaría igualmente al mundo en que vivimos hoy y al que está por venir. Dios lo sabe. Es por eso que también dijo, refiriéndose al hombre, “porque cuál es su pensamiento en su mente [corazón], tal es él” (Proverbios 23:7).

La población que vive en China tiene un dicho: “Si un hombre planta melones, cosechará melones; si siembra frijoles, cosechará frijoles”. Esto es cierto para todas nuestras vidas. Dios nos dice que el bien engendra el bien y que el mal conduce a generar una maldad.

Entonces, lo cierto es que el sol que hizo nuestro Creador brilla en aquellos que son llamados de Dios, y en otros que aún no han sido llamados, y ¿no nos parece que prosperan los malvados que nos rodean con demasiada frecuencia?

¿Qué tal un “Enfoque hacia arriba después de la fiesta” para redirigir nuestro pensamiento de lo que “vemos” a nuestro alrededor? Recuerdo años atrás trabajando en el personal de una revista que realmente reflejaba esto, y al menos con su título, “Pensamiento Vertical”.  ¿Hacia dónde enfocamos nuestros pensamientos y nuestras vidas?

Usted y yo podemos decir con absoluta certeza que, con cada uno de nosotros individualmente, como con nuestras familias, nación, mundo, compañerismo, etc., el florecimiento de los malvados es una ilusión, porque Dios apunta en su libro eventos de cada uno de nosotros. Como una canción famosa una vez decía, “Es una gran ilusión”.

Al final y al cabo amigos, somos una suma total de todas nuestras acciones y también cómo pensamos y dónde diariamente estamos enfocados. Nuestro carácter no puede fingirse, ni podemos simplemente ponerlo o quitarlo como si fuera una prenda que elegimos usar.

Al crecer en Nebraska, a menudo examinaba ramas y troncos de árboles que habían sido cortados. Similar a las marcas en la madera que están arraigadas en el corazón de un árbol, el carácter requiere tiempo y cuidado para crecer y desarrollarse . . . éste cuenta la historia de nuestro pasado y nuestro futuro. Entonces, día a día, usted y yo escribimos nuestro destino personal mientras nos enfocamos y respondemos a Dios. De hecho, nos convertimos en lo que HACEMOS y PENSAMOS.

Intentemos realmente sembrar las semillas que debemos y enfocar nuestra energía mental y emocional en aquellas cosas que son constructivas y positivas. (Filipenses 4:8) “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. HAGAMOS esas acciones que produzcan el verdadero carácter de Dios en nuestras vidas, a medida que avanzamos en este camino de nuestras vidas como hijos de Dios.

Así que amigos y hermanos, Dios nos da en Su sábado, tiempo y horas extras para analizar estas cosas . . . Al cerrar esta carta, como hago todos los viernes por la noche . . . cuando entramos en el sábado santo del Señor . . . les pido que me acompañen al reflexionar juntos sobre el tema de sembrar un buen carácter. Dios lo notará y en su tiempo recogeremos los frutos de nuestros esfuerzos.  Nuevamente, le pido a Dios que continúe bendiciéndoles a todos ustedes abundantemente.

¡Nuestras oraciones y pensamientos están diariamente con todos ustedes! Por favor, les pido que oren por nosotros también.