Amigos, hermanos en la fe, colegas, familia spiritual, hijos de Dios en la dispersión: Desde nuestras oficinas en la Costa del Golfo, reciban un cálido saludo. Mi esposa y yo oramos por ustedes y esperamos que nuevamente hayan tenido una semana bendecida.
Desde niño recuerdo una rima infantile muy familiar. “Espejo, espejo en la pared…” Si no me equivoco, en la cancioncilla el espejo podía responder.
A través de los años me he podido dar cuenta cuanta superstición existe alrededor de los espejos. En algunas culturas no le está permitido a un infante de un año de edad o menos mirarse en un espejo. He escuchado decir que todo se debe a que el crecimiento se verá afectado porque su reflexión se congela en el espejo. Suena loco, ¡pero algunas personas lo creen sinceramente!
La superstición más conocida es que romper un espejo trae siete años de mala suerte. Esta creencia, que proviene de los antiguos romanos, está ampliamente difundida aun en nuestros días. Los romanos creían que la vida se renovaba cada siete años y como el espejo contenía una copia de cada objeto que se mostraba ante él, cuando este se rompía, la persona cuya imagen era reflejada en ese momento tendría un ciclo de siete años de mala suerte. Esta creencia tampoco tiene fundamentos ciertos, pero muchas personas lo creen. Existen ideas que la gente insiste en creer a pesar de no poseer fundamentos válidos. Los humanos son seres extraños ¿no es así? ¿Practicar el pensamiento crítico mediante la formulación de preguntas? Esa no es una costumbre popular.
A pesar de las cosas anteriormente mencionadas, podemos usar los espejos como herramientas, porque revelan cosas que de otra manera no podemos ver o conocer.
Cuando posamos ante un espejo, podemos ver cómo lucimos ante otras personas. ¿Está la corbata anudada correctamente? ¿Está el cuello de la camisa abotonado? ¿Combinan los colores adecuadamente? ¿Tengo una hilaza de carme entre los dientes?
¿Qué sucede con las expresiones faciales? Nos miramos en el espejo y sonreímos, después fruncimos el ceño, nos relajamos y nos comportamos normalmente. ¿Cómo te ven las personas con las cuales entras en contacto? ¿Piensas que las expresiones denominadas “normales” deben ser adustas o demostrar felicidad? No estoy diciendo que debemos mostrar expresiones falsas, pero ¿podrías mejorar tus gestos normales?
!Ajá! De manera que hemos visto cuán útil puede ser un espejo. Pensamos que podríamos vernos fácilmente entre una multitud, pero en serio, ¿qué haríamos sin espejos? Sin ellos sería más difícil ver lo que debemos cambiar en nuestra apariencia personal. ¿Sería difícil para las damas realizarse el maquillaje sin la ayuda de un espejo?
En lose studios bíblicos mensuales, he repasado el libro de Santiago. En la Biblia La ley de Dios se asimila a un espejo. Realmente así es. Cuando la erstudiamos adecuadamente somos capaces de ver nuestra naturaleza humana tal cual es. Es la verdad, Dios no miente. Puede no gustarnos lo que vemos, pero la palabra de Dios se revela de manera genuina. Debemos ver nuestros defectos y corregirlos.
Los diez mandamientos son otro respejo. Si nos apropiamos de algo que no nos pertenece, que es propiedad de otros, debemos saber que no es correcto ante los ojos de Dios. Pero cuando miramos en el espejo de Dios vemos que es el mandamiento en contra del robo.
Una persona que no honra a sus padres, no tiene certeza en la forma en que Dios mira este hecho, a menos que examine Su ley y se percate acerca del mandamiento de honrar a los padres.
En esto radica la importancia de estudiar la ley de Dios. Haciendo esto, nos damos cuenta que necesitamos remover de nuestro carácter para cambiar. Este pensamiento es apenas el primer paso.
El Segundo paso es removerlo. Santiago 1:22-25 dice que nuestra reacción normal es mirar el espejo y ver la falta, pero mirar a otro lado e ignorarla. Es como cuando miramos en el espejo, vemos una hilaza de carne entre los dientes y nos disgusta lo que vemos, entonces lo arrojamos fuera, ¿es correcto? Es algo ilógico, al menos yo creo que es así.
¿Cómo luce esto ante Dios? Tome tiempo y medite sinceramente en el espejo de Dios… Sus leyes se encuentran contenidas en las páginas de la Biblia. Asegúrese que nuestro carácter debe ser limpio y bien acicalado. Algún día veremos a Dios cara a cara, lo que será más revelador que cualquier espejo que jamás hayamos tenido. A medida que se acerca el sábado .. reflexione acerca de esto junto conmigo, ¿lo hará?
¡Amigos, brazos arriba! Nuestras oraciones y pensamientos están diariamente con ustedes. Por favor, oren por nosotros.