En un sermón que di hace varios años sobre el concepto de “La historia se repite”. Mencioné la cita de Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana y Borrás, (conocido en inglés como George Santayana) que fue filósofo, ensayista, poeta y novelista. “Los que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”.
Durante las últimas dos notas del sábado para todos ustedes, hemos estado viendo una serie de eventos que tuvieron lugar durante el noveno mes del calendario hebreo. El rey Joacim se negó a considerar el pasado y las acciones que el Señor había tomado para castigar a Israel, cuando lo abandonaron a Él, Sus mandamientos y Sus advertencias de arrepentirse. Aunque los judíos observaban la fiesta de la Dedicación, o lo que llamamos Janucá, obviamente no recordaron las lecciones sobre por qué Dios permitió que Antíoco IV Epífanes atacara a Jerusalén y contaminara el Templo.
En Juan 8-10, Jesús presentó una serie de enseñanzas en el octavo día de la fiesta. Al final, la narración salta a varios meses después al noveno mes durante el invierno. “Se celebraba entonces la fiesta de la Dedicación en Jerusalén. Era invierno, . . .” (Juan 10:22). Los líderes judíos continuaron hostigándolo y tratando de encontrar una razón para condenarlo. Exigieron que Jesús les dijera si era el Cristo (o Mesías) (Juan 10:24). Jesús les recordó que ya había respondido a sus preguntas y que las obras y los numerosos milagros, incluida la curación del ciego (registrado en Juan 9) testificaban y daban testimonio de quién era Él (Juan 10:25). Jesús expuso la rebelión y la terquedad como de una cabra de los líderes judíos al negarse a creer y seguirlo cuando Jesús se refirió a las ovejas que oyen su voz y lo siguen. Jesús señaló la unidad entre sí mismo y el Padre, con respecto a conocer y proteger a las verdaderas ovejas. Los judíos, por supuesto, se ofendieron y tomaron piedras para amenazar con apedrearlo (Juan 10:30-31).
Curiosamente, el libro de Juan registra una serie de declaraciones “Yo Soy” hechas por Jesús. Hace varios años, mientras pastoreábamos en Colombia, realizamos un estudio bíblico en Chinauta, Cundinamarca durante la Fiesta de los Tabernáculos sobre “Los Siete Yo Soy”. Varios comentaron que nunca se habían dado cuenta de cuántos había. En las Escrituras, se registra que varias declaraciones de “Yo Soy” se hicieron durante la Fiesta de los Tabernáculos y en el Octavo Día de la Fiesta (Juan 8:24). En una de las declaraciones, los judíos percibieron que Jesús se estaba equiparando con el Señor de las Escrituras hebreas. “Les dijo Jesús: De cierto, de cierto os digo que antes que Abraham existiera, YO SOY” (Juan 8:58). Cuando Jesús dijo esto, los líderes judíos tomaron piedras para arrojarle. Al igual que el rey Joacim y sus siervos, los líderes nuevamente se negaron a aceptar el mensaje y al mensajero.
Jesús siempre le dio crédito al Padre por las obras que hizo. (Juan 10:32) Jesús les pidió que creyeran las obras “para que conozcáis y creáis que el Padre está en Mí, y yo en el Padre” (Juan 10:38). Se negaron a reconocer la evidencia que respaldaba Su afirmación de que Él era el Hijo de Dios y, de hecho, el Mesías que había venido primero como un cordero humilde para ser sacrificado por los pecados del mundo.
Ellos “Procuraban otra vez tomarle preso, pero Él se salió de las manos de ellos” (Juan 10:39). Sus corazones y actitudes eran tan fríos como el invierno que había llegado durante el noveno mes. Los líderes judíos iban a traer sobre sí mismos y la nación un juicio similar al que cayó sobre el rey Joacim. “El hombre que al ser reprendido endurece la cerviz, de repente será quebrantado, y para él no habrá remedio” (Proverbios 29:1).
Acabamos de terminar nuestra celebración como nación del Día de Acción de Gracias. Sin embargo, la mayoría se enfocará de manera inextricable en el “Viernes Negro” y en todas las ofertas que puedan llegar antes de las fiestas de diciembre: la Navidad. El mensaje de Dios es claro con respecto a la celebración de días festivos que no corresponden a Dios, ni se enseñan a ser observados por Él. Pero al igual que el rey Joacim y sus siervos, ¿Ignorará nuestra nación de manera similar el mensaje del Eterno y de Sus fieles mensajeros?
Continuaremos con este enfoque el próximo viernes por la noche . . . y al cerrar esta carta, como lo hago todos los viernes, al entrar en el sábado del Señor . . . les pido que analicemos y reflexionemos sobre los temas de esta carta conmigo. Nuevamente, le pido a Dios que continúe bendiciéndoles abundantemente. Nuestras oraciones y pensamientos están con usted diariamente. Por favor, oren por nosotros también.
¡Nuestras oraciones y pensamientos están con ustedes diariamente! Por favor, les pido que oren por nosotros también.