Saludos cálidos a todos ustedes, queridos hermanos, compañeros de trabajo y familia espiritual en la costa del Golfo de México y a los hijos de Dios dispersos desde nuestras oficinas aquí en Spanish Fort en Alabama.
En mi carta semanal del viernes pasado terminamos con “Amigos, busquemos y pidamos a Dios el coraje y la perseverancia para aferrarnos a las preciosas verdades de Dios frente a la creciente oposición a esos principios de la palabra de Dios. No nos preocupemos por cuántos somos o qué tan grandes, sino que nos centremos en lo que Dios nos ha llamado a vivir y hacer. No creo que pasará mucho tiempo antes de que una vez más nos enfrentáremos a la persecución religiosa por obedecer la verdad de Dios aquí en los Estados Unidos. . . que de hecho, está llegando.”
Comentamos el hecho de que en realidad somos “una manada pequeña”. También vimos un poco de la historia de la Iglesia de Dios en Inglaterra. Hay partes y piezas aquí y allá entrelazadas con la historia de la verdadera iglesia en Europa.
A veces, si no tenemos cuidado, podemos comenzar a pensar que de alguna manera tenemos “la esquina del mercado”, por así decirlo, de observar el sábado de Dios y / o seguir Sus verdades de la Biblia.
Algunos podrían pensar o decir que “son la única iglesia verdadera”.
El hecho es que otros vinieron primero. No fueron solamente en los tiempos del Antiguo y Nuevo Testamento, sino también en la historia relativa y reciente de la época en que vivimos.
“A finales de los años 1500, las congregaciones que el mundo etiquetaba como ‘anabautistas sabatistas’ habían aparecido y crecían en Europa Central, Alemania e Inglaterra. Se denominaron sabatistas porque enseñaban y observaban el sábado del séptimo día. Se les llamaba anabautistas, lo que significa volver a bautizar, porque se negaron a aceptar como cristianos a aquellos que simplemente habían sido rociados como bebés. Enseñaron que el bautismo era solo para adultos que habían creído en el Evangelio y se habían arrepentido de sus pecados (ver Hechos 2:38)”. (La Iglesia de Dios a través de los siglos, J. Ogwyn)
Algunos pueden estar familiarizados con un hombre llamado John James (uno de los líderes de la Iglesia de Dios en Londres en la década de 1660). Otro líder durante ese tiempo fue Francis Bampfield. Su autobiografía, La vida de Shem Acher, (seudónimo) se ha conservado en la Biblioteca del Museo Británico. Desde 1662 hasta su muerte en 1683, pasó la mayor parte de su tiempo en prisión o huyendo de las autoridades inglesas. En 1686, Edward Stennett, otro líder lleno de coraje que predicaba enérgicamente sobre el sábado, se mudó de Wallingford a Londres, donde aparentemente reunió a los miembros de la Iglesia Sabatista Pinner’s Hall de Francis Bampfield. Esta congregación se había dispersado unos cuantos años antes debido al encarcelamiento y muerte de Bampfield. Fue ese un momento de persecución de la iglesia en Inglaterra que Stephen Mumford y su esposa, miembros de la Iglesia en Londres, salieron de Inglaterra para el Nuevo Mundo y llegaron a Rhode Island en 1664.
“Al llegar a Rhode Island, la única colonia norteamericana fundada sobre el principio de la libertad religiosa, los Mumford comenzaron a tener compañerismo con los bautistas en Newport. Sin embargo, no se quedaron callados sobre su creencia en el sábado. En 1665, dentro del primer año de la llegada de Mumfords, Tracy Hubbard comenzó a guardar el sábado con ellos, convirtiéndose en la primera persona convertida en Estados Unidos. Poco después, su esposo Samuel se unió a ella. En 1671, la primera iglesia que observaba el sábado en el continente americano comenzaba oficialmente con siete miembros. William Hiscox fue el primer pastor de la iglesia, sirviendo desde 1671 hasta su muerte en 1704. En 1708 se organizó oficialmente una segunda iglesia en Westerly, Rhode Island (más tarde rebautizada como Hopkinton)”. (La Iglesia de Dios a través de los siglos, J. Ogwyn)
Mumford fue enviado a Newport, Rhode Island, por la Iglesia Sabatista de Bell Lane en Londres. Parece que no era ministro. También es probable que Stephen Mumford haya decidido cruzar el Océano Atlántico debido a las difíciles circunstancias en las que se hallaban los Bautistas del Séptimo Día así otros bautistas y disidentes que se encontraron en Inglaterra en ese momento.
“Cuando el rey Carlos II llegó al trono en 1660, las medidas adoptadas de libertad religiosa que se había permitido durante el tiempo de Oliver Cromwell no continuarían más. Se aprobaron varias leyes del Parlamento diseñadas para imponer la uniformidad de la religión en Gran Bretaña, lo que en efecto significaba conformidad con las enseñanzas de la Iglesia Anglicana de Inglaterra. La tercera Ley fue la Ley del Convento de 1664 que prohibió la asamblea de más de cinco personas además de la familia de la casa para los servicios religiosos, excepto de acuerdo con el Libro de la Oración, bajo pena de multas y transporte. Por el tercer delito de transgresión los feligreses podrían ser expulsados a las plantaciones americanas, con excepción de Nueva Inglaterra y Virginia. Si regresaran o escaparan, la pena era de muerte. . . Puede haber sido esta Ley la que llevó a Stephen Mumford a decidir emigrar a Rhode Island, para desterrarse a sí mismo en lugar de esperar a que el Gobierno lo hiciera”. (La Increíble Historia de la Verdadera Iglesia de Dios – Capítulo 10, Fletcher)
“En 1708 se organizó oficialmente una segunda iglesia en Westerly, Rhode Island (más tarde rebautizada como Hopkinton). A lo largo del siglo XVIII, Rhode Island, Pennsylvania y Nueva Jersey parecen haber sido las principales áreas de las iglesias que guardaban el sábado. Durante este tiempo, Observadores del Sábado alemanes emigraron a Pensilvania. Peter Miller fue el ministro más conocido de los observadores del sábado alemanes en Pensilvania y era amigo de Benjamín Franklin”. (La Iglesia de Dios a través de los siglos, J. Ogwyn)
A medida que uno profundiza más en el pasado, encontramos mucho más sobre la historia de aquellos que observaban el sábado. Muchos han visitado el cementerio en Newport, Rhode Island y han observado las lápidas de Stephen Mumford y otros primeros observadores del sábado. Es conmovedor y provoca una reflexión sobre la historia de los que nos precedieron.
En el futuro examinaremos algunos de los desafíos y las deficiencias de los observadores del sábado que intentan tener comunión o reunirse con otros que observaron el domingo y mantuvieron otras costumbres no bíblicas. Este será un ejemplo válido de lo que leemos en la Palabra de Dios “¿Andarán dos juntos, a menos que se pongan de acuerdo?” (Amós 3:3) Diariamente debemos escoger el seguir a Dios. Lo que creemos y lo que hacemos debe estar de acuerdo con Dios y su Palabra.
Es importante lo que creemos y lo que observamos. Otros vinieron antes que nosotros y fueron probados y comprobados para ver si perseverarían en las Verdades de Dios. No dudemos, nosotros también seremos probados y comprobados. . .
Que Dios los bendiga y los aliente en este sábado que se avecina. Además les deseo buena salud tanto espiritual como física. Nuestras oraciones y pensamientos están con ustedes diariamente. Por favor, les pido que oren por nosotros también.