Saludos cordiales desde la costa del Golfo para los amigos, hermanos, compañeros de trabajo, familia espiritual e hijos de Dios alrededor del mundo. Mi esposa y yo oramos y esperamos que todos se encuentren bien y que nuevamente su semana haya sido bendecida.
La mayoría de los que vivimos en los EE. UU. y muchos otros países tenemos los ojos puestos actualmente en lo que ha estado sucediendo con Rusia y Ucrania. Tiempos volátiles y tensos como este nos sacuden a la realidad de lo que los humanos son capaces y están dispuestos a hacer. Su curso en la historia se repite una y otra vez.
Uno de los interrogantes que surge, es ¿cuánta vida humana se perderá? Otra es, ¿qué pasará con aquellos que mueran en la situación en la que estamos actualmente?
En las últimas semanas, en nuestro estudio interactivo semanal en línea “Bible Basics” (Fundamentos de la Biblia), hemos estado hablando sobre el “Propósito de la humanidad”.
En los últimos años, muchos de los que servimos aquí en los Estados Unidos, así como en países de habla hispana, han sufrido graves problemas de salud y algunos han muerto.
Cuando tenemos problemas de salud, generalmente tratamos de aferrarnos a la vida y anticipar más experiencias de la vida. Sin embargo, llega un momento en que una persona ha experimentado graves problemas crónicos de salud hasta el punto de que se ve obligada a anticipar su muerte y el final de su vida.
Con estas cosas en mente, repasemos lo que nos dicen las Escrituras sobre la vida humana y lo que sucede en la muerte.
Varias culturas han tenido sus ideas sobre el más allá. Los antiguos egipcios creían en una vida después de la muerte, llamada “el más allá”. Tenían sus posesiones favoritas y objetos prácticos enterrados con ellos para su uso posterior en el más allá.
Los antiguos griegos creían en la idea de un alma inmortal o una esencia no física que vivía después de la muerte. Estos antiguos griegos creían que las almas de la mayoría de los muertos llevaban una existencia sombría en el inframundo, llamado Hades.
Los hindúes y los budistas creen que la parte no física de una persona se reencarna o renace en diferentes formas y la lista continua.
¿Cuál es la fuente de la verdad sobre el hombre y su destino? La única fuente realmente verdadera es la Biblia, las Sagradas Escrituras.
Jesús proclamó: “Tu palabra [la de Dios] es verdad“. (Juan 17:17) El apóstol Pablo se refirió a la “palabra de verdad” y la importancia de las Escrituras para definir la doctrina. “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”. (2 Timoteo 2:15) “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia“. (2 Timoteo 3:16)
Las Escrituras hablan específicamente del origen de la vida humana. Sin embargo, algunos prefieren aceptar lo que los antiguos filósofos egipcios y griegos han inventado y elaborado. Este mundo está lleno de ideas y opiniones erróneas de “¿qué pasa después de la muerte?”
Se nos dice en los primeros capítulos de la revelación de Dios a la humanidad: “Y Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. (Génesis 2:7) Elohim instruyó a Adán y Eva y también les advirtió sobre el pecado y la desobediencia a la instrucción de Dios. “Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. {ciertamente morirás: Hebreo: muriendo, morirás” (Génesis 2: 17 RV)
Esto es lo que muchos, aún hoy, no quieren creer o aceptar. La humanidad no fue hecha para vivir para siempre como un ser físico.
¡¿Cómo asi?! Podríamos preguntarnos. Sí, todos los hombres y mujeres eventualmente morirán. El apóstol Pablo declara: “Y como está establecido que los hombres mueran una sola vez, pero después de esto será el juicio” (hebreos 9:27).
Todos los seres humanos están destinados a morir debido a las limitaciones de la vida, la duración de la vida y la aplicación de las leyes de la termodinámica. Génesis 2:17 luego se refiere a la muerte normal que le sobreviene a todos los seres humanos y también se refiere a la muerte que le sobreviene a uno a causa del pecado y la desobediencia a las leyes e instrucciones de Dios.
El apóstol Pablo dijo: “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro“. (Romanos 6:23) Esta muerte que trae el pecado es la “segunda muerte” o muerte eterna que se contrasta con la vida eterna. El famoso y bien conocido versículo de Juan 3:16 presenta dos destinos: o perecer o tener vida eterna. Es por eso que esta pena por el pecado es tan grave y requiere la muerte de un Dios eterno para pagar la pena.
El apóstol Juan proclamó poderosamente: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. El estaba en el principio con Dios“. (Juan 1:1-2) ¡Era este Dios (la Palabra) quien se hizo carne! (Juan 1:14) El apóstol Pablo afirmó la preexistencia a nivel de Dios de Jesús de Nazaret. “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse” (Filipenses 2:6 NVI). Pablo continúa explicando la razón por la cual el Verbo se hizo hombre. “Y hallándose en forma humana, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (v.8)
El apóstol Juan explica el mecanismo para el perdón y limpieza de nuestros pecados. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad… y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado“. (1 Juan 1:9, 7)
Jesús no tenía pecado y cumplió el simbolismo del cordero pascual sin mancha. El apóstol Pedro expuso esto, “sabiendo que fuisteis redimidos no con cosas corruptibles… sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin pecado y sin mancha“. (1 Pedro 1:18-19) El apóstol Pablo se refiere a la muerte de Jesús por los pecados de toda la humanidad. “Porque la muerte que Él padeció fue por los pecado una vez por todas” (Romanos 6:10) “También nos informa que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras“. (1 Corintios 15:3).
Lo sé, esto debe ser mucho para digerir… pero a medida que comenzamos y buscamos la verdad de Dios en Sus escrituras, encontraremos hechos y aliento que este mundo actual definitivamente no ofrece. Continuaremos con esto la próxima semana y examinaremos otras Escrituras que definen quién es el hombre y si hay un componente espiritual en la identidad del hombre…
¡Amigos, brazos arriba! Nuestras oraciones y pensamientos están con ustedes todos los dias. Por favor, oren por nosotros.