Ministerios de la Iglesia de Dios

“1 Pedro 2:5 – En Sus manos, somos moldeados”

En Español

Saludos cordiales a todos ustedes, queridos hermanos, obreros de la fe, familia espiritual en la costa del Golfo de México y a los hijos de Dios dispersos: desde nuestras oficinas aquí en Spanish Fort en Alabama.

La semana pasada, muchos ojos se fijaron en los medios de comunicaciones, debido a los acontecimientos que se estaban desarrollando, y así también en el discurso del presidente Trump a los Estados Unidos.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, declaró el viernes que el mayor general iraní Qassem Soleimani aparentemente estaba planeando un “ataque amplio y de gran escala” contra instalaciones estadounidenses, incluidas las embajadas de Estados Unidos, en el Medio Oriente. El Sr. Pompeo hizo estos comentarios durante una rueda de prensa de la Casa Blanca.

Cuando ocurren diversos eventos como este, aquellos que viven en países involucrados pueden de repente examinar cuidadosamente en dónde podríamos estar en relación con profecías de la Palabra de Dios.

La profecía siempre es un tema que impulsa la asistencia al estudio bíblico y a los servicios. Inclusive en el mundo, muchos están interesados en la profecía. Uno de los capítulos más informativos en las escrituras con respecto a la profecía es Mateo 24. Las palabras fueron pronunciadas por la misma persona que luego le reveló al apóstol Juan algunas profecías asombrosas sobre acontecimientos relacionados con el período de tiempo denominado el “Día del Señor” o como Juan lo describe “el día del Señor”.

Además de los detalles proféticos, Jesús da algunas advertencias e insiste que debemos estar alerta a lo que sucede a nuestro alrededor en un mundo cada vez más problemático y peligroso. Lucas 21:36 nos advierte que observemos cuidadosamente los eventos mundiales, pero aún más importante, que cuidemos nuestra propia condición espiritual con nuestro Creador.

Curiosamente, Mateo 24 tiene una aplicación de dos partes. Jesús se había referido a las piedras del Templo de Herodes que fueron derribadas (Mateo 24:2). Los discípulos se acercaron a Jesús en privado y le preguntaron, “¿Cuándo sucederán estas cosas? ¿Y cuál será la señal de Tu venida y del fin de los tiempos y del mundo?” Algunos de los eventos que Jesús predijo se aplicarían tanto al tiempo del año 70, como ser la destrucción del Templo de Herodes por los ejércitos romanos y también al período de tiempo denominado “el fin de la era” “o fin del siglo”.

La profecía paralela en Lucas también es instructiva e interesante. Observemos Lucas 21:20: “Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado”. Hay una aplicación inicial de esta profecía y una posterior, a los últimos días. El siguiente texto proviene del “Manual de Cronología Bíblica”, Finegan, 1999, p. 106:

“En su relato de la segunda destrucción, Josefo da la siguiente secuencia de eventos. En Xanthikos 14 Tito acampó ante la ciudad (Guerra 5.99; 5.133; 5.567). En Panemos 17 cesaron los sacrificios diarios (6.94). En Loos 8 los ejércitos romanos completaron sus movimientos de tierra (6.220) y Tito ordenó que se incendiaran las puertas del área del templo (6.228). Al día siguiente, que era Loos 9, Tito resolvió preservar el templo (6.241). Al día siguiente, que era Loos 10, en medio de la lucha, un soldado arrojó una antorcha de fuego en el templo y fue quemado (6.244, 252). La fecha de la quema es declarada explícitamente por Josefo: “en el décimo del mes Loos, el día en que de antaño había sido quemado por el rey de Babilonia “(6.250). En la correlación posterior del calendario Macedonio como se usaba en Palestina, Loos era paralelo a Ab, el quinto mes. Por lo tanto, la fecha de Josefo de Loos = Ab 10 es idéntica a la de Jeremías 52:12 fecha del décimo día del quinto mes para la primera destrucción y solo un día después del noveno día de Ab tomado como fecha oficial por los rabinos”.

El relato en Mateo 24 agrega algo más: “Por tanto, cuando veáis establecida en el lugar santo la abominación desoladora, de la cual habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes.” (Mateo 24:15-16) La acción de los soldados romanos al entrar tanto en el lugar santo así como en el lugar santísimo para destruirlos y luego sacar cualquier objeto valioso podría considerarse como una “abominación” y una “desolación”.

Es probablemente posible que en los últimos días se establezca algún tipo de estructura que se denominará templo, así como un altar, y se asociarán con ellos rituales diarios que finalizarán cuando se establezca la abominación. (Apocalipsis 11:1-3; 2 Tesalonicenses 2 3-4; Daniel 8:11-14, 26; Daniel 12:11)

Dejaremos de analizar estos detalles ya que es un tema para comentarios adicionales en otro momento. ¿Ocurrirá que los futuros ejércitos que entren en Jerusalén, y la desolación de un templo, pasen en la misma época del año que la desolación previa del templo de Salomón y la del templo de Herodes? Sólo el tiempo lo dirá.

Parece que habrá una ventana de oportunidad para aquellos que están alertas y observando para alejarse rápidamente de Jerusalén y huir a los montes y áreas más despobladas. Hay una declaración interesante acerca de los discípulos de Cristo que estarán presentes en el área de Jerusalén al final de la era. Jesús les instruye: “Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo (el sábado)”. (Mateo 24:20)

Esta es una validación obvia de que los discípulos de Jesús (implicados por la palabra “vuestra”) estarían observando el sábado semanal en ese momento. ¿Por qué Jesús mencionaría esto? Luego, Jesús presenta la llegada de la “gran tribulación” en una escala tal que será la más grande que haya tenido lugar. (Mateo 24:21)

En otras cartas de los viernes por la noche, analizaré los desafíos y las advertencias que se presentan para todos ustedes en los versículos que siguen. . . mis amigos, vivimos en tiempos en los que necesitamos asegurarnos de estar conectados con Dios, porque el hombre no puede finalmente protegernos de la destrucción total.

Que Dios les bendiga y los aliente en este sábado que ya se avecina, y les deseo buena salud. Nuestras oraciones y pensamientos están con ustedes diariamente. Nos despedimos pidiéndoles que, por favor, oren también ustedes por nosotros.

 

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-Scott Hoefker

(Pastor, Ministerios de la Iglesia de Dios)