Saludos cálidos a todos ustedes, queridos hermanos, compañeros de trabajo y familia espiritual en la costa del Golfo de México y a los hijos de Dios dispersos desde nuestras oficinas aquí en Spanish Fort en Alabama.
El Tiempo. Es un fenómeno interesante. Sin embargo, todos estamos físicamente sujetos al pasar del tiempo. Qué rápido que ha pasado otra semana. ¡Qué rápido está pasando este año! ¡Aquí estamos en vísperas del segundo sábado en febrero! Y cuán rápido nuestras vidas avanzan hacia el futuro. Mi esposa y yo estábamos planeando nuestro calendario de primavera y verano, y parece que nuestros días estarán bien ocupados.
A pesar de nuestras vidas ocupadas, hay eventos que tienen lugar que nos hacen hacer una pausa y tomar nota de lo que es importante en la vida. Es fácil dar por sentado a familiares y amigos. Cuando la muerte enemiga se los lleva repentinamente, se nos pide que reflexionemos sobre lo que es realmente importante, especialmente nuestras relaciones.
En este año han ocurrido varias muertes en nuestra familia. No pasa un día en el que no me detenga a reflexionar sobre los recuerdos de mis seres queridos, ahora descansando, esperando esa gloriosa resurrección.
Hace menos de dos semanas, mi esposa recibió una llamada de un viejo amigo y compañero pastor con el que no había hablado durante un tiempo. Hice una anotación en mi calendario de “tareas pendientes” para llamarlo este último lunes. Él mencionó que quería “venir por una semana a visitarnos”. Bueno, eso nunca sucedió, ni sucederá. El domingo 2 de febrero murió inesperadamente en su propio hogar. Mi esposa y yo habíamos trabajado con él durante varios años tanto en nuestro servicio ministerial a diversas congregaciones, así como en los campamentos juveniles. Además tuve el privilegio de trabajar con él como mi pastor durante muchos años en los estados de Dakota del Norte, Dakota del Sur y Canadá.
Hemos recordado cómo tocaba en varias de las Bandas Grandes que se habían formado para animar danzas familiares durante la Fiesta de los Tabernáculos en Wisconsin Dells. Su saxofón, su voz resonante y sus personificaciones de Elvis Presley fueron inolvidables. Mi esposa y yo asistimos y servimos muchos años en Wisconsin Dells mientras vivíamos en Wisconsin. También él cantó en el coro de la Fiesta de los Tabernáculos de Wisconsin Dells. Disfruté de muchas conversaciones sinceras a lo largo de los años con Herb. Era una persona amable y generosa, y también era un músico con talentos múltiples. Ha sido inspirador escuchar a otras personas que lo conocían mejor y que nos podían relatar facetas y experiencias sobre él más allá de lo que nosotros sabíamos.
Mi esposa y yo también pasamos bastante cantidad de tiempo con él durante muchos inviernos, viajando a Minnesota, Dakota del Norte, Dakota del Sur y Manitoba, Canadá, los recuerdos siguen siendo frescos. Las peticiones de oración que se enviaron con respecto a Herb Teitgen lo describieron como un hombre de fe, fuerza y coraje. Oramos por aliento y consuelo para la hija de Herb, su hijo y sus familias. Herb ha seguido con éxito el curso de su vida y ha perseverado fielmente hasta el final. Necesitamos enfocarnos en esto, y no preocuparnos por el hecho de que Dios había decidido no sanarlo a él, y a otros, en esta vida.
Nuestra fe será probada y fortalecida a medida que recapacitamos en las promesas de Dios y aceptamos el lugar para pruebas, desafíos, pérdidas y tristezas en esta vida. El apóstol Santiago presenta una advertencia desafiante: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” (Santiago 1:2-4).
Todavía estoy trabajando en ese “gozo” y “paciencia” de la que Santiago nos habla. Suceden muchas cosas que están fuera de nuestro control y son parte de este mundo imperfecto. Además, con demasiada frecuencia traemos pruebas y experiencias dolorosas sobre nosotros mismos. Nos puede deprimir cuando nos enfrentamos cara a cara con algunas lecciones que aprender y los cambios que deben hacerse.
El apóstol Pedro se refiere también a la obra de Dios para construir nuestra fe al experimentar pruebas. “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.” (1 Pedro 1:6-7).
La fe permanece, trasciende más allá del tiempo, y viene de Cristo viviendo en nosotros (Gálatas 2:20). ¡Espero que puedan alentarse este sábado al repasar las preciosas verdades, promesas y planes de Dios para ustedes y para mí, y aferrarse a esa visión del regreso de Cristo! ¡Levantemos los brazos amigos!
Nuestras oraciones y pensamientos están con ustedes diariamente. Por favor, les pido que oren por nosotros también.
